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domingo, 25 de julio de 2010

Ferrocarriles. Compras chinas: Adquisiciones que no responden a un plan de recuperación integral ferroviario (Parte I)

Juan Carlos Cena (especial para ARGENPRESS.info)


El ferrocarril una cuestión nacional.

A 50 Años de la desaparición de Raúl Scalabrini Ortiz.
A 62 años de la nacionalización de los ferrocarriles.


La verdad es lo que es
y sigue siendo verdad
aunque se cuente al revés.
Antonio Machado.

Transporte ferroviario su distorsión conceptual

Poco se ha escrito (diría casi nada) sobre el papel que el Estado debe cumplir (y cumplió) frente al sistema de transporte nacional y en particular sobre el ferrocarril. Específicamente, a lo largo de la historia de los ferrocarriles, desde su instalación, desarrollo y destrucción.

En exceso se han vertidos juicios falaces sobre la verdadera naturaleza de ese modo de transporte, induciendo e instalando en forma análoga todo un embuste en el seno de la sociedad. Distorsión aceptada donde han abrevado en ese charco ligeros pensadores, ignorantes, mediocres, parlanchines incontinentes y esas yerbas, repitiendo en forma autista esa falsedad como si fuera una verdad absoluta. Toda una maniobra de distracción armada por unos, impulsada por otros. Patraña guebeliana, repetida por ilustrados y amanuenses. Joseph Goebbels decía Ahora será fácil llevar la campaña, porque podemos usar todos los recursos del Estado.

Así es, a partir del golpe de 1955 comienza la campaña, el Estado cambiaba de manos. El Estado, herramienta de poder de la clase dominante, utilizaba los recursos para otros objetivos políticos.

Se había instalado un poder en el Estado con propósitos claros. En consecuencia, comenzaba en forma violenta el desmoronamiento del aparato productivo anterior. Se iniciaba otra etapa de cambio en el Sistema. Había que destruir lo antepuesto, para imponer modificaciones profundas en el Sistema Capitalista. El capitalismo relevaba y modificaba las relaciones de producción. Las reglas serían otras, la explotación al pueblo tampoco sería la misma, empeoraría, un vector represivo la atravesaría. El objetivo de este nuevo reordenamiento capitalista era la de explotar a los trabajadores y al pueblo de la cuna a la tumba.

Después del golpe de Estado comenzaba, dentro del campo social, el desmontaje de una formación ideológica de carácter nacional. Acción ejecutada por los colonizadores nativos representantes de los antiguos colonialistas ingleses. Nada fue dejado al azar por estos cipayos. Ningún gobierno “democrático” ni militar detuvo esta política diseñada y ejecutada después del golpe de estado de 1955.

La invención de la mentira se haría costumbre, práctica, rutina. Si lo anunciado era verdad o no, era secundario. Lo importante era instalar la mentira en la sociedad, hasta que la república creyera que era una verdad. La mentira se multiplicaba sin contención. El déficit de los ferrocarriles era el cáncer nacional, decían.

El doctor Roberto Verrier, Ministro de Hacienda de los golpistas de 1955, fue uno de los voceros de la mentira. En 1957 elabora y publica un informe que se llamó el Plan Verrier y, dentro de él, contenía el mentado déficit ferroviario, mismo que es apoyado por Prebisch.

El principal silogismo contra los ferrocarriles fue la de agitar, en forma sistemática y permanente, el argumento del déficit ferroviario. Los sofismas remontaban vuelo sin que nadie contestara. ¿No se podía, o la cobardía asomaba sus crestas? Se publicaban informes estadísticos con una falta total de rigurosidad técnica, y sobre los estudios realizados concernientes al estado de situación de los ferrocarriles; (Recordar INDEC actual).

Datos falaces se propagaron. La invención de la mentira se hacía costumbre, práctica, rutina. Si lo anunciado era verdad o no, era secundario. Lo importante era instalar la mentira en la sociedad, hasta que la república creyera que era una verdad. La mentira se multiplicaba sin contención. El déficit de los ferrocarriles era el cáncer nacional, decían.

Los libres pensadores potenciaron esa falacia hasta la fecha. Se mentía a dos puntas. Este argumento se fue instalando sobre una comunidad poco reflexiva: todo un valor de verdad alterado y errado.

De esta manera la sociedad se mal informaba. Además con esa habitualidad poco reflexiva se satura, se aburre y no saca las conclusiones correctas correspondientes sobre el tema del transporte; es para imaginarse como esta sociedad aburrida debe enfrentar a diario las otras dificultades cuando la farsa está instalada y la verdad reprimida.

Lo que si no es distracción, sino ocultamiento, es el papel que jugaron los ferroviarios en este devenir, como si los ferrocarriles funcionaran sin hombres. La historia de los ferroviarios está ligada a la historia del movimiento obrero, al desarrollo y consolidación de los ferrocarriles; a sus creaciones particulares como sociedades de socorros mutuos, bibliotecas, escuelas, cooperativas, sistema integral de salud y su vasta y profunda impronta cultural. No ocurre por casualidad este ocultamiento.

Nadie menciona las huelgas resistentes más notables como la de 1961 y la última de 1991/1992 contra la tupacamarización del ferrocarril.

Para comprender correctamente este trabajo, antes debemos seguir haciendo algunas consideraciones, aunque muy breves, esta vez sobre el transporte, el ferrocarril y un resumen de la historia de las promesas.

Algunas consideraciones sobre el transporte

Decimos que el transporte interviene reiteradamente, en la producción y comercialización de bienes. La mercancía o cualquier producto manufacturado toman valor, recién, cuando interviene el transporte. Por eso el precio y la calidad de los servicios del mismo afectan intensamente la perfomance de todo el sistema económico. Para tener una idea cuantitativa de la importancia económica del Sector Transporte es ilustrativo mencionar que el mismo genera más del 9% del PBI y, que en él, se efectiviza un 11% de la Inversión Bruta Interna.

El transporte debe aportar irremplazables soluciones a los problemas de integración del espacio territorial y de la Defensa Nacional, cumpliendo trascendentes funciones de la ecuación económica-financiera.

Allí, en esa, su directa injerencia en la economía global donde el transporte adquiere capital importancia que debe calificarse, sin duda alguna, como trascendente.

El sistema constituye un aspecto clave de la vida nacional, ya no existe ninguna actividad que no requiera de una forma u otra de este servicio.

El sistema de transporte es como el sistema arterial que irriga al cuerpo humano. Sin este régimen circulatorio el cuerpo no tendría vida. Todas las arterias, venas grandes, pequeñas, y conductos capilares contribuyen armónicamente al funcionamiento de ese camino circulatorio. Todos los vasos arteriales son afluentes tributarios al sistema central de irrigación, todos son necesarios, comunicantes y complementarios entre sí. No compiten. Si eso ocurriera habría un serio desequilibrio en el metabolismo de ese cuerpo, o no habría vida.

No se puede imaginar el desarrollo de una comunidad que no cuente con un sistema de transporte adecuado, armónico, integrado, donde los distintos modos se complementen y sirvan a la universalidad comunicacional del territorio nacional.

El objetivo básico de cualquier Estado en ese sector es: Transportar, eficientemente, al más bajo costo social para la Nación. Para eso, deberá fijar objetivos claros en su organización y armonización general. El Estado debe intervenir definiendo las normas de comportamiento de los distintos modos de transporte. Cumpliendo, con plena facultad, la función de planificador y organizador; asumiendo, a su vez, el papel de ente regulador a través de un férreo control de gestión, para así corregir errores y desviaciones en los objetivos fijados.

El ferrocarril es un componente del Sistema Nacional de Transporte y, como tal, su relación con la economía general se inscribe en este marco.

En tales fines el ferrocarril tiene funciones específicas a las cuales, la Nación no puede renunciar.

Sin embargo, en mérito a constreñirlo a un papel netamente comercial se abandonaron infraestructura y servicios de importancia estratégica, sin que los medios sustitutos, rigiéndose por estrictos e impropios mecanismos de lucro hayan cubierto mínimamente los espacios vacíos, por el retiro del medio ferroviario, condenando a la extinción a poblaciones íntegras.

El ferrocarril es el medio más barato para el transporte masivo de personas y cargas en medias y largas distancias, bajo ciertas condiciones.

Estas son definiciones sintéticas y primarias al desarrollo del tema. Referente al papel que juega el Estado y el rol que debe jugar en su inserción, el sistema nacional de transporte ferroviario, en el sistema nacional de transporte. Desde hace años, desde todas las latitudes del mundo donde el transporte juega un papel fundamental en el desarrollo de los países, se ha dicho y comprobado que viajar y transportar en tren es mas seguro.

El ferrocarril debe ser un sistema integrado de transporte, industrias y comunicaciones: un servicio publico y cumple una función social, que entre sus características principales figuran la de transportar todo a todas partes y en todo tiempo, con la regularidad obligada de sus servicios.
Breve historia de las promesas incumplidas

El último discurso de Néstor Kirchner en su campaña electoral sobre la recuperación de los ferrocarriles fue en Cruz del Eje, provincia de Córdoba, en ese momento era un candidato exultante. La esperanza blanca federal.

Luego, ungido presidente, anunció variados y diferentes planes, pero nunca un Proyecto Integral para recuperar los Ferrocarriles Argentinos. Han transcurrido más de siete años de anuncios y discursos de distintos tonos. Eso sí, a pesar de las incontinencias verbales, la continuidad de las concesiones ferroviarias no sólo se han profundizado, sino que se eternizan. El desvanecimiento de las promesas electorales es notable. Percibiendo que las promesas se esfumaban, desde el Mo.Na.Re.FA., afirmamos: la modalidad concesionarista se va a ahondar más que en la década de los años noventa.

Una de las primeras proclamas fue sobre la revisión de los contratos de concesión de los ferrocarriles. Luego, la mención de la apertura de los talleres de Tafí Viejo. Hecho que ocurrió en la misma ciudad donde están asentados los talleres, sus habitantes recibieron al presidente con una algarabía esperanzada. Se reabría ese establecimiento que supo albergar a más de 5.500 trabajadores, fundado por el Estado Nacional en 1907.

Al terminar su discurso, anunciado la medida prometida, dijo con fuerza y salivando las palabras: Para los escépticos que no creen les digo: ¡MINGA! Hasta el día de la fecha, el minga no se concretó, deambulan sólo 60 compañeros por sus talleres desmantelados y saqueados.

Tras ellos, Talleres Los Hornos, en La Plata, la comarca se movilizó, fueron todos a escuchar las nuevas noticias que generarían fuentes de trabajo. Ese día se anotaron de a miles, como en los otros talleres, para ingresar. Tiempo después los talleres de Campana, éste, sólo se transformó en un museo ferroso y sin presupuesto, en él crece el abandono, el óxido… y el yuyal.


Juan carlos Cena es miembro fundador del Mo.Na.Re.FA - Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinas.

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